Éste ha sido un verano distinto en el que un chaval no acertaba a adivinar cómo era el tiempo en el cielo, o si soleado, o si... Todo eran pegas y dichos de gente... Hasta que un día ya en casa comentó que veía el tiempo siembre nublado, con lo que entre risas le decían "¡Deja de beber alcohol!". Su hermano le señaló que una de las causas podría ser el amor, cuando las lágrimas de amor te empañan los ojos y es como si bajaran las persianas.
Una vez terminado el verano ya se supone que volvería a la normalidad, pero en esta situación de búsqueda del amor parecía ser que no llegaba la hora de apertura de persianas para ver todo más claro y con mayor ilusión y entusiasmo... Y aunque suene mal, así es la realidad.
Hablando en casa siempre está la amatxo quien te echa un cable y te dice "pronto llegará el amor de tu vida", a lo que respondes tú con un abrazo cariñoso a la reina de la casa y con un suspiro pensativo de... "sí, y nos iba a tocar la lotería de Navidad... y también la que compré yo en Zaragoza porque cerca estaba no sé quién de Pilar...".
Gorka G. Alejos
22.09.2015
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