Al igual que los colores se estrellan locos en el lienzo, las plumas también pueden hacer volar tinta negra sobre el papel con total convicción y certeza. El resultado... un paisaje lleno de realismo pero con trazos inesperados y rincones escondidos donde no todo el mundo se atreve a mirar. Agustín nos muestra dos de sus láminas pintadas con pluma y tinta. Un regalo para los ojos y para la imaginación :)
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